viernes, 6 de marzo de 2009

Introvertido

Este sí que es un tema raro, porque mi caso no es (creo) habitual.

Me llama la atención la facilidad con la gente utiliza esta palabra. "Amigo". Al menos algunos se curan en salud añadiendo la coletilla de "amigos de verdad".

Veamos.

Cuando estaba en el colegio, realmente nunca llegué a tener amigos como tal, porque para variar el que destacaba en los estudios era un gilipollas y había que o bien hacerle el vacío, o bien meterse con él todo lo que se pudiera. Y uno claro, no sabía cómo reaccionar ante semejante circunstancia. Cierto es que había gente que no era así, pero sí la gran mayoría. Al final más o menos estabas "integrado" con algunos compañeros de clase, pero casi en plan forzado y muchas veces siguiendo a rajatabla el principio de "por el interés te quiero Andrés". Con el tiempo, esto acaba provocando que uno se vaya volviendo más y más cerrado, más introvertido hasta casi casi decir hola y adiós a la gente y gracias.

"En la uni todo cambiará, que ahí todos empezamos de cero", pensaba yo. Error. Uno ya entró con una especie de stigma, de actitud hacia las personas marcada por la etapa previa y la verdad es que la cosa no mejoró. Empeoró. Al problema de tener ya un carácter bastante cerrado, se sumó el bajón en la autoestima, al ver cómo la gente era capaz de resolver ejercicios o problemas de una manera tan eficaz que me apabullaba. No podía entender por qué yo no podía seguir el ritmo de los demás en las clases, ergo menos autoestima, ergo fracaso en la uni, uno tras otro. Seguí en la uni por mi padre, que me puso las pilas y consiguió "animarme" a tiempo, pensando en el futuro. Mi futuro.... jejeje. Por aquel entonces yo no veía mi futuro nada claro, pero entendí que había que hacer caso a mi padre, primero porque es mi padre y entiendo que quiere lo mejor para mí y segundo porque tiene más experiencia que yo, razón de peso donde las haya jejeje.

Por fortuna, uno va madurando, y ya en los últimos años de la uni, pude ir haciendo amistad con ciertas personas, que empecé a considerar amigos, pero de los de verdad. Yo que hasta entonces sólo había tenido conocidos, me encontraba con gente en la que podía confiar y ellos confiaban en mí. "Qué bien! Esto es de lo mejor que me ha pasado nunca! Amigos de verdad".

Por desgracia, al acabar la uni por circunstancias laborales todos esos amigos han acabado desperdigados por la geografía teráquea siendo el único que se ha resisitido a abandonar la tierra natal. Llega un fin de semana y no tienes a nadie para decirle "qué, te vienes a tal sitio?" o "cómo llevas lo del curro?". Eso es muy duro. A día de hoy sólo conservo el contacto con uno de aquellos amigos, pero sólo nos vemos en navidades, que es cuando se acerca por aquí a ver a la familia.

Ahora me sonrío cuando veo mis categorías de contactos en el messenger y el número de gente en cada una: "Compañeros de trabajo(1), Excompañeros de trabajo(1), Excompañeros de uni(1), Amigos(0), Conocidos(5)".

Me voy a acabar apuntando a algun curso de algo, porque si no, no sé qué va a ser de mí.

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