sábado, 20 de junio de 2009

El mercadillo de los detalles




¿Qué sería de nuestra vida sin los detalles? Detalles, detalles... Los tenemos de todos los tamaños, formatos, colores. Son parte del mercadillo de la vida. Vas pasando por los puestos, día tras día y observas. La oferta suele ser interesante y variada. Y si te entra la vena comercial, puedes aportar tus propios detalles haciendo un mercadillo más interesante. Genial!

Tengo a mi madre convaleciente de una operación de varices. Nada grave, pero sí molesto, porque se ve impotente para hacer sus labores diarias y también para disfrutar de sus (escasos) momentos de ocio. Hemos tenido suerte de que el personal del hospital en el que la ingresaron han resultado ser de lo más amable. En todo momento han estado pendientes de si se encontraba bien, si la ayudaban al caminar, si se encontraba cómoda en la cama dentro de lo que cabe, si necesitaba alguna cosa. Hasta el cirujano ha comentado si ponían algo de música para amenizar la operación jejeje ¿Es extraordinario como para reseñarlo? No lo sé, porque mi experiencia con gente de centros hospitalarios es muy poca, pero de verdad que da gusto ver que hay personas, profesionales, pero personas al fin y al cabo, que van más allá de su trabajo estrictamente hablando y procuran que tu experiencia sea lo mejor posible. Y más en esas circunstancias, con un lugar que deseas visitar lo menos posible.

En el trabajo, ya me ha preguntado más de uno que a ver qué tal lo llevo. Que si estoy quemado. Que se me vé que me falta gasolina y ando a trancas y barrancas sacando las cosas. Quemado no creo que sea la palabra. Sí que creo que estoy algo cansado, parecido a lo que le pasa a Nadal, el tenista. No es que esté quemado de lo que hago, porque me gusta y además voy aprendiendo cosas, sobre todo las últimas semanas. Sí que noto que me falta desconectar. Pero desconectar de verdad, no un día o un finde, sino la palabra mágica en estos casos: vacaciones. Diagnóstico diferencial: si pienso en ellas, es síntoma de que las necesito. Si otros piensan que las necesito, es síntoma de que las necesito cuanto antes. Ergo administrar una buena dosis de “vacacionil” y en unos días dando saltitos de alegría. (Tengo que dejar de ver House... ^^U) Aún me quedan unos días para ello, pero como diría un optimista, ya quedan menos días para ello :)

Más cosas. Me ofrecí hace poco a una amiga al salir del trabajo para acercarla a casa. Quería tomar algo por una zona que hay de playa por aquí, desconectar un poco de la rutina diaria, y como me pillaba más o menos de paso, pues se lo comenté. Y aceptó. Podía haber transcurrido el viaje con normalidad. Pero no. Murphy es uno de mis grandes amigos, algunas veces hasta coincidimos varias veces al día. Tuve que darle un golpe a un coche que iba delante en un stop. Tierra trágame. Encima ese día habíamos salido tarde del trabajo. Me sentía muy, muy mal. Tendría que esperarse (aún más) a llegar a casa, mientras hacíamos el papeleo amistoso el del otro coche y yo. Una vez terminado, reemprendimos la marcha y la verdad, no sabía ni qué decir, a parte de un “lo siento...” anterior. Añada momento crudo a persona de pocas palabras, y el resultado fue ése. Pues he aquí, que me pregunta si quiero parar a tomar algo. Y yo pensando en llegar cuanto antes. No quería ni que me viese los ojos humedecidos, y encima me dice eso. Aún pensando que quizá fuese egoísta por mi parte, acepté. Y me alegro. Un poco de aire, un mini paseo, un refresco y algo de conversación. Resultado: relax, y más contento que unas castañuelas ^___^ Que bien sienta cuando otro mira por ti y cuánto se aprecia. Pocas veces me he sentido tan contento de tener una amistad así.


Me gusta el mercadillo de los detalles. Sobre todo cuando está concurrido. ¿Qué tal si monto mi propio puesto? ~_^

2 comentarios:

Casiopea dijo...

Pues harías muy bien en ponerlo. Siempre he pensado que son los detalles los que marcan la diferencia entre las personas. Tanto hacerlos o tenerlos como saber apreciarlos. Soy una persona hiper detallista. No sé si es bueno o malo, pero a la gente le hace sonreír encontrarse con detalles inesperados de vez en cuando. Me gusta cuidar a la gente a la que quiero y cuidarla bien. Me gusta más hacer detalles a recibirlos (aunque mentiría si dijera que no me gusta recibirlos) y me encanta dar sorpresas. Es un aliciente más en el día a día. Se puede decir que tengo no un puesto, sino un hipermercado de detalles :) Y me va muy bien. Así que... decídete y pon el tuyo!!

PD: Menos mal que ya hay post nuevo!!!

PD2: Yo también necesito vacaciones y playa, por dios.... O más que playa, mar. Que me hipnotiza...

MikelMPS dijo...

En ello estamos, con la mejor intención. No sé hasta qué punto los demás llegan a apreciarlos, eso queda para ellos; pero sí sé lo que yo los aprecio, y es mucho ^_^

La verdad que parece que tenga el blog cerrado por vacaciones o algo así :P Tengo que darle más vidilla jejeje

Y ya sea mar hipnótico, llanura sedante o montaña de paz, el caso es que lleguen ya esos días de desconexión de la rutina diaria ;)